Nadie debe hacerse ilusiones de que la pandemia del Covid-19 llegará al ocaso este año.
Las predicciones de los especialistas apuntan a que las nuevas variantes del SARS-CoV-2, que ya están causando estragos mayores a los de la primera oleada del 2020, persistirán más allá de este año.
De ahí que insistan en las recomendaciones para que las medidas de prevención que han estado en vigor desde entonces se asuman como permanentes, al menos hasta el final del 2022.
No es esta una grata noticia para nadie. Sobre todo para los que están cansados de vivir en medio de estas restricciones aunque sean, como se ha comprobado, eficaces para evitar los contagios.
Aunque avanza la vacunación en el mundo, la industria farmacéutica prosigue su arquitectura de las vacunas de refuerzo, en el entendido de que las nuevas variantes, muy agresivas por cierto, pueden agravar el nivel de la pandemia.
Bajo este contexto, el eminente infectólogo y especialista en cuidados críticos, José Rafael Yunen, ha recomendado mantener intactas las medidas de usar mascarillas, del distanciamiento físico en lugares abiertos o cerrados y la limpieza continua de las manos.
Hagámosle caso a estas sanas recomendaciones porque, a decir verdad, esto va para largo todavía.