Publicado el: 5/26/2021 12:00:00 AM por admin

Para el 2024, República Dominicana necesitará 3,500 trabajadores con grados “técnico-superiores” en la fabricación, control y garantía de calidad, gestión de la cadena de suministro, ingeniería eléctrica, ingeniería electrónica e ingeniería mecatrónica.

Estas informaciones fueron arrojadas por el Clúster de Dispositivos Médicos y citadas en un estudio de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), donde se estima que esta entidad y la Asociación Dominicana de Zonas Francas (Adozona) aseguran que la demanda de técnicos, actualmente, supera con “creces” la oferta.

La investigación de la USAID, con fecha de diciembre de 2020, refiere que los puestos técnicos específicos para los que serán necesarios estos trabajadores incluyen además mecánicos en Mantenimiento e Instalaciones y técnicos en Ingeniería y Automatización, Calidad, Materiales y Logística y Administrativos y de Soporte.

El informe denominado “Estudio laboral en República Dominicana” indica que a la fecha las principales deficiencias de habilidades entre estos trabajadores técnicos incluyen la falta de dominio del inglés y la falta de formación técnica sólida y experiencia en el uso de equipos pertinentes. “Un empleador también mencionó las habilidades matemáticas como un área de refuerzo necesario”, indica.

Informe
El Programa Regional de Desarrollo de la Fuerza Laboral (Avanza) de la USAID, destaca en el informe que en las empresas encuestadas para la investigación del Clúster de Dispositivos Médicos, el 36.3% de los técnicos era mujer y muchos trabajadores con un título “técnico superior” trabajaban en esta industria en el área de almacenes y como gerentes de materiales, operadores de máquinas y líderes de grupo y asistentes de producción.

Sin embargo, esta necesidad en 2017 empezaba a nacer, pues la USAID encontró que en ese año aproximadamente el 8% de los empleos existentes en el país requerían educación en el nivel técnico superior (el término dominicano para un título técnico universitario de dos a tres años), con el 14% de los grandes empleadores señalando que esto era un requisito educativo mínimo.

“Los empleadores informaron acerca de dificultades para encontrar trabajadores técnicos calificados en varias funciones. Con frecuencia, este nivel de educación era necesario en varias familias laborales, incluyendo actividades físicas, deportivas y recreativas; TIC; y salud y bienestar”, añade la investigación.

Revela que en términos de habilidades cognitivas y prácticas, casi dos tercios de los empleadores requerían habilidades de software de oficina; el 52% requería dominio de lenguas extranjeras, y el 49% requería la capacidad de utilizar maquinaria y equipos relacionados con el trabajo. Aproximadamente el 63% exigía experiencia laboral previa. Casi ocho de cada 10 empleadores dijeron que los trabajadores disponibles necesitaban más formación.

Desempleo juvenil
El estudio de la USAID argumenta que en República Dominicana las tasas actuales de desempleo abierto para los jóvenes (15-24 años de edad) son casi tres veces más altas después de la pandemia, con un 16%. Las mujeres jóvenes de ese grupo de edad tienen dos veces más probabilidades de estar desempleadas, con tasas del 11% para los hombres jóvenes y del 22% para las mujeres jóvenes. 

Si se cuentan los subempleados y miembros de la población joven que no buscan un trabajo, pero aceptarían uno, el panorama general parece aún más difícil para los jóvenes, pues mientras en el 2016, el 28.1% de los jóvenes entre 15 y 24 años cayeron en esta categoría de “desempleo ampliado”, al igual que el 23.7% de todos los jóvenes de 15 a 29 años, para el 2019, el 24.7% de los jóvenes (30.5% de las mujeres jóvenes y el 18.8% de los hombres jóvenes) en el país no estaban matriculados en la escuela ni trabajaban (“ninis”). 

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