Publicado el: 6/17/2021 12:00:00 AM por admin

Timothy Gallway en su libro “El juego interior del trabajo”  logra ejemplificar con la siguiente frase el tipo de pensamiento y motivaciones que pueden acompañar a un emprendedor en su viaje anhelando libertad en el trabajo:

“Me he embarcado en la búsqueda del trabajo libre. No me interesa la noción conceptual de libertad en el trabajo sino algo más práctico, quiero hacer honor a esa parte de mí que es inherentemente libre, con independencia de las circunstancias. Mi búsqueda es para reconocer este ser y permitirle que se exprese en el trabajo”.

“No me veo con un jefe”, “quiero ser dueño de mi tiempo” o “en un corporativo no puedo lograr mis objetivos” son algunas de las frases que motivan a los emprendedores de distintas industrias y diferentes etapas a iniciar su negocio; pueden tener ideales, pensamientos y temperamentos distintos a las reglas y dinámicas corporativas, llegándolas a considerar restricciones y obstáculos para el crecimiento.

Sin embargo, es importante considerar que, entre mayor éxito tengan las startups, el mercado por sí mismo se convertirá en una restricción, lo mismo que sus clientes, socios, equipo e incluso, su entorno. Es decir, a pesar de no “existir” un jefe corporativo, sí se tienen “múltiples jefes a quien reportarles”, aquel sueño de libertad, en ocasiones empieza a sentirse como no realizado.

A pesar de poseer un enorme empuje y optimismo, los emprendedores pueden llegar a sentir agotamiento emocional, pues el manejo de las startups es sumamente complejo debido a infinidad de variables que se presentan tanto al interior como al exterior de la organización, ejemplo de estas últimas son las condiciones económicas y sociales del entorno, variables que inevitablemente les provocan momentos de tensión frecuentes con sus “múltiples jefes”. Pero ¿qué hacer en una situación así?  

Simon Sinek en la charla TED “Golden Circle” refiere la necesidad de preguntarnos en todo momento "¿Para qué?" Por ello, una recomendación es iniciar respondiendo las preguntas: ¿Para qué estoy aquí? ¿Para qué fundé esta empresa? ¿Para qué seguir con este ritmo de trabajo?

Las respuestas llevarán al reencuentro del emprendedor con sus motivadores iniciales y/o a encontrar nuevos motivadores, y así evitar realizar modificaciones sin un sentido claro, cambios y respuestas aleatorios que, muy probablemente, no alcancen los resultados esperados, generando mayor frustración.

Como un segundo paso para trasladar la reflexión a la acción, es recomendable revisar los hallazgos y, desde el uso pleno de la responsabilidad individual, elegir: ¿Qué quiero hacer con lo que siento?, ¿quiero seguir con este negocio?, ¿cómo hago para sentirme más “libre” conviviendo con -o a pesar de- las restricciones?, ¿qué acciones pueden llevarme -en mis circunstancias actuales y bajo mi entera convicción- a seguir sintiéndome libre o a recuperar mi sensación de libertad?

Es muy importante cuidar el bienestar socioemocional, la motivación y la salud mental, tanto como el producto o las finanzas de la compañía, por lo que es muy provechoso después de hacer una introspección, realizar un ejercicio de acercamiento y conversación con los socios, gente de confianza, un mentor, o un aliado como Wayra, el brazo de innovación de Telefónica Movistar, que apoya a las startups en su crecimiento regional.

Muchas personas con un pensamiento emprendedor se mantienen en su trabajo corporativo, otras toman caminos distintos, como dedicarse a su propio proyecto, realizar intraemprendimiento o contar con proyectos paralelos. Cualquiera sea el caso, resultaría importante plantearse estas preguntas y elegir sin distinción del puesto de trabajo el camino hacia la libertad.  

Quien se responsabiliza de elegir y es congruente con sus pensamientos, emociones y acciones, está siendo totalmente libre.  De ahí la invitación a buscar la libertad donde quiera que se encuentre, en la propia empresa, como freelancer, en el corporativo o en la startup donde hoy se trabaja.

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