Publicado el: 8/19/2021 12:00:00 AM por admin

 

En México, las mujeres aun tenemos el rol típicamente exclusivo de las tareas domésticas y del cuidado de los hijos, por lo que el emprendimiento femenino se ha vuelto una de las únicas alternativas a las que recurrimos las mujeres para poder tener un ingreso propio. Este número de mujeres que hoy, cuentan con un negocio propio, ha ido creciendo y hoy representa el 26% del total de las mujeres ocupadas en el país, de acuerdo con cifras presentadas por el Instituto Mexicano para la Competitividad A.C.

Sin embargo, es un total engaño pensar que las emprendedoras tienen un camino más fácil u holgado. Es una falacia pensar que tendremos más tiempo para nosotras o que el negocio caminará mágicamente sin nuestro trabajo e involucramiento diario y constante. Y aunado a esto, continuar con nuestro rol social de ser “jefas de familia” y de mantener una casa con todo lo que se requiere. Mis respetos a las mujeres que hacen todo esto, sin el apoyo de una pareja o de alguien con quien hacer equipo.

Las mujeres que hoy están emprendiendo, podrán coincidir conmigo en que, si bien es un camino de mucha satisfacción personal, conlleva muchos más retos de los que una podría vislumbrar antes de empezar. Muchas han brincado del mundo corporativo al emprendimiento, con conocimientos fuertes en algunas áreas del negocio, lo cual puede beneficiar las operaciones, pero un total desconocimiento de otras, que irán aprendiendo en el camino. En mi experiencia, yo estoy en este escenario. Pasé de manejar presupuestos millonarios para una empresa, a unos cuantos miles para mi propio negocio. Aquí es donde verdaderamente aprendemos el significado de la palabra “priorizar” y “sacarle jugo” hasta el último peso.

Otras han empezado de ceros, sin conocimientos y con una abrumadora suma de nuevas responsabilidades, desde la compra de los insumos o materia prima para lo que requiere el producto o servicio, hasta la logística de entrega. Porque sí, el mercado así lo demanda y para tener clientes satisfechos, hoy tenemos que estar listas para dar un full service o servicio completo a nuestros clientes.

Pero, ¿cómo podríamos hacernos la vida más sencilla, o asegurar que nuestro emprendimiento prospere?

Hay cuatro pilares que he podido identificar, y que pueden preparar a todas las mujeres que están pensando en dar este salto cuántico hacia el emprendimiento, ya sea una mujer que brinca del mundo corporativo, o que empieza de ceros, por gusto o necesidad.

1. Capacitación

La escuela no ha terminado. Capacitarse es uno de los pilares más importantes para una emprendedora. El actualizarse en los temas que más conciernen al negocio, nos permitirán generar nuevas ideas, reinventar la propuesta de valor, y mejorar la toma de decisiones. En mi experiencia hoy podría decir que hay 4 ejes en los que debemos capacitarnos: El marketing o la promoción de nuestros productos o servicios. Las operaciones, es decir el proceso de fabricación o de elaboración de los productos o servicios. Las finanzas, que finalmente serán en indicador más objetivo del desempeño de nuestro negocio y las ventas, porque sin ventas, no hay ingresos, entonces, no hay negocio.

2. Comunidad y vinculación

Definitivamente los negocios no se hacen solos. Necesitamos rodearnos de gente valiosa que nos aporte algo para nuestro negocio. Por ejemplo, contar con un buen abogado, para registrar marcas o derechos de autor, y un buen contador que nos apoye con la declaración de impuestos, son aliados vitales para cualquier negocio. En mi experiencia, siempre he buscado aliados en lo que sé que no soy fuerte, no pretendo saber todo, pero si sé que las decisiones deben ser informadas, por eso es invaluable contar con una red de aliados y hacer comunidad con otras mujeres que estén en nuestra situación, que estén pasando por un camino similar, probablemente unos pasos más adelante y que nos ahorren algunos errores

3. Visibilidad

¡Qué difícil se ha vuelto esto! Cada vez requiere más dedicación y más presupuesto ser relevante en un mar de contenido, marcas y productos anunciándose. Además, que competimos con los grandes muchas veces, y que la gran mayoría de las emprendedoras no cuentan con un sitio web. Mi consejo es buscar sitios especializados para anunciarse, que hagan más fácil la tarea de explicar qué hago, porqué lo hago, dónde me encuentran, y qué opinan otros clientes de mí. Estas son las cuatro preguntas detonadoras de compra de cualquier cliente.

4. Digitalización financiera

Ya no es opción. El hecho de aceptar diversos tipos de pagos, desde efectivo hasta medios electrónicos, es una obligación. Los medios de pagos electrónicos nos permiten acceder a más clientes, ya que damos más opciones para cerrar una venta, y el cierre de una venta se da única y exclusivamente cuando se recibe el pago. Recordemos que las tarjetas de crédito no solamente son un medio electrónico de pago, son un método de financiamiento en el corto plazo. Tu cliente no paga por tu producto o servicio en el momento, lo pagará unos 40 o 50 días después, y tú, si recibes los fondos de inmediato, dándote liquidez para continuar con tus operaciones.

Las mujeres que formalizan sus operaciones obtienen más del doble de ingresos que aquellas que no lo hacen, de acuerdo con cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad, A.C.  Y la formalización se da precisamente así, buscando mecanismos de crecimiento, de promoción de productos, y de recuperación de cartera. Yo siempre he dicho “nos toma el mismo tiempo hacerlo bien que hacerlo mal” y por decir “mal”, quiero decir que siempre hay oportunidad de informarse, capacitarse y tomar mejores decisiones, que invariablemente, nos llevaran al lugar que deseamos: Ser un sostén para nuestras familias y ser mujeres plenas, independientes y realizadas.

Fuente