Publicado el: 3/31/2021 12:00:00 AM por Admin

Las nuevas tecnologías han cambiado nuestra manera de ver el mundo. Para empezar, porque tenemos más medios para capturar datos y procesarlos que hace sólo unos pocos años atrás. Esa disposición de datos nos ayuda a conocer mejor la demanda, la competencia e incluso las posibles tendencias del mercado en el futuro próximo. Es lógico pensar que la industria ya no deba funcionar igual a como lo hacía hace unos años.

La llamada Cuarta Revolución Industrial o Industria 4.0. va irremediablemente ligada a la digitalización. Al poder tener un registro digital en tiempo real de todo lo que hacen las máquinas, robots, empleados, clientes, dispositivos y proveedores de la empresa, disponemos de una información mucho más precisa y fidedigna de la realidad. Pero no se trata sólo de contar con datos poco estructurados y sin clasificar. Además, tenemos las herramientas para procesarlos, analizarlos, simular escenarios posibles y tomar decisiones de cara al futuro. No sólo eso. Además, los algoritmos de la Inteligencia Artificial nos permiten automatizar procesos que antes sólo se llevaban a cabo de manera manual y especulativa.

En definitiva, hoy podemos tener un conocimiento preciso de cómo nuestras acciones influyen en nuestros clientes, y qué tenemos que hacer para satisfacerlos.

Con el auge de tecnologías como la Inteligencia Artificial, el Big Data, el Internet de las Cosas o la Realidad Virtual y Aumentada, todo el proceso de la cadena de producción se transforma. Cambia la forma en la que fabricamos las cosas, pero también la manera en la que los clientes finales interactúan con los productos. Esto abre camino a todo un mundo de wearables y productos inteligentes, que a su vez proporcionan más datos para poder proporcionar una mejor experiencia de cliente.

La forma en que la industria 4.0 afecta a la sociedad es múltiple. Por un lado, está teniendo ya un impacto significativo en los diferentes agentes del ecosistema económico (clientes, proveedores, fábricas…). Por otro, empuja a los poderes públicos a ser conscientes de esta realidad y prever regulaciones que se ajusten a esta nueva revolución. A nivel interno, las empresas tienen que reorganizarse. Los puestos de trabajo repetitivos y manuales derivan hacia un trabajo más creativo y proactivo. Se mejora la productividad y podemos invertir más tiempo y esfuerzo en aspectos estratégicos, con la tecnología como aliado principal.

Las nuevas generaciones dan impulso además a esta nueva forma de consumir y organizarse. Nativos digitales, acostumbrados a comprar a través del e-commerce y apps móviles, no podrán entender que con los medios existentes se siga trabajando con procesos obsoletos. La globalización, unida a la transformación de la forma en que compramos, contribuirá a que la industria se adapte.

Todo esto nos hace plantearnos una pregunta que cada cual debe resolver por sí mismo, pero parece más que evidente. ¿Están las empresas españolas adaptadas a la transformación digital?

Ante esta tesitura, hay un peligro que las empresas deben superar. Se trata de postergar la transformación digital, pensando que el futuro tardará mucho tiempo en llegar, o que no se verán directamente afectadas por él. En consecuencia, en lugar de tomar decisiones proactivas y emprender acciones hoy ante un futuro cercano y cada vez más que evidente, especialmente a consecuencia de la COVID-19, hay empresas que prefieren esperar a que los cambios sean más visibles. Pero para entonces habrá diferentes competidores que les habrán tomado la delantera y ellos estarán en una situación crítica.

Así, ante la llegada de la Cuarta Revolución Industrial las empresas necesitan revisar sus procesos e implementar nuevos software. Hay que tener muy claro que, si se trabaja con un software ERP obsoleto, rígido, poco escalable y con una compleja curva de aprendizaje, nuestra empresa perderá rentabilidad y competitividad. Herramientas como el nuevo Solmicro ERP 6 que estamos lanzando en Zucchetti Spain, indican el camino a seguir. Extensibilidad, usabilidad, máxima personalización rendimiento, experiencia de usuario optimizada, facilidad para una migración rápida y eficaz… son, entre otras, cualidades imprescindibles de nuestro nuevo ERP para que permita a las empresas entrar en la industria 4.0 con pie firme y seguro.

 

Fuente

FORBES