Publicado el: 10/4/2020 12:00:00 AM por Admin

No hay nada peor que una persona con los medios para existir de manera relativamente cómoda que vive crónicamente enojada o infeliz. No hay una excusa verdadera para ello y sin embargo, lo veo todos los días. Esto es resultado de una vida extremadamente desbalanceada, una con demasiada expectación del futuro y poca apreciación de lo que ya se tiene.

Sin gratitud por lo que existe en la vida, es imposible conocer la satisfacción y la realización personal. ¿Cómo cultivamos este equilibrio? ¿Cuál es el punto lograr el éxito si no se tiene plenitud?

Durante cuatro décadas he tenido el privilegio de ofrecer coaching a personas de todo tipo, incluyendo a hombre y mujeres de la élite del planeta. He trabajado con presidentes de los Estados Unidos y dueños de pequeñas empresas.

Lo que quiero decir con esto es que he encontrado que TODAS las personas tienen que tomar tres decisiones claves para determinar la calidad de sus vidas.

Hacer estas determinaciones inocentemente provoca que te conviertas en una persona fuera de forma física, emocionalmente exhausta y en perpetuo estrés financiero. Pero realmente ponerte a pensar en estas resoluciones te llevará a cambiar el curso de tu existencia.

Decisión 1: Elige cuidadosamente en qué enfocarte

Millones de pensamientos compiten por tu atención a cada momento. Puedes concentrarte en las cosas que suceden en el ahora o puedes poner tu energía en el futuro. O peor, puedes solo fijarte en el pasado.

La energía va hacia donde enfoques tu mente y esto da forma a toda tu vida.

¿En qué área te orientas más: en lo que ya tienes o en lo que le hace falta? Estoy seguro de que ves los dos lados de la moneda, pero si examinas tus pensamientos habituales, ¿en cuáles pasas más tiempo?

En lugar de pensar en lo que no tienes y resentir a quienes están en una mejor posición económica que tú, tal vez deberías reconocer que tienes mucho por lo que dar gracias (y gran parte de ello no tiene que ver con dinero). Puedes estar satisfecho con tu salud, familia, amigos, oportunidades y mente.
Desarrollar el hábito de la apreciación de lo que se tiene te ayudará a crear un nuevo nivel de riqueza emocional.  Si te enfocas en lo que no puedes controlar, tendrás más estrés en tu vida. Puedes influenciar muchos aspectos de tu existencia, pero no puedes controlarlo todo.

Decisión 2: Descubre qué significa todo esto

Ultimadamente, cómo te sientas con la vida tiene poco que ver con los eventos en ella. La calidad de tu existencia depende del significado que le des a las cosas que suceden en ella.

La mayoría de las veces no reparamos en el efecto que el inconsciente tiene sobre el significado que le damos a lo que nos sucede. 

Cuando pasa algo que pone tu vida “de cabeza” (una muerte, un accidente, un despido), ¿sueles pensar que es el final o el principio de algo?  Si alguien te confronta, ¿sientes que te insulta o te está guiando por el camino correcto? Cuando te llega un problema, ¿sientes que “Dios te está castigando”?

Tu vida toma cualquier significado que quieras darle. Con cada respuesta viene una emoción única y la calidad de tu existencia depende del lugar donde te encuentres emocionalmente.

Cuando las personas transforman su enfoque y el significado que le dan a las cosas – por ejemplo, pensar que hay algo bueno en todo lo negativo- se vuelven más fuertes que nunca ya que pueden incluso cambiar la bioquímica de su cerebro.

Así que toma el control y siempre recuerda que el significado es igual a emoción y ésta es lo mismo que calidad de vida. Elige conscientemente a qué dedicarle pensamientos y entrega los sentimientos correctos.

Decisión 3: ¿Qué harás?

Una vez que ya te has enfocado en lo correcto y tus emociones al respecto están balanceadas, es momento de actuar.

Las acciones que tomes estarán influenciadas poderosamente en tu estado emocional. Si estás enojado, te vas a comportar de manera diferente a como lo harías si estuvieras contento.

Sin embargo, dos personas que están molestas actúan de manera diferente: algunas se retraen, otras explotan. Hay quienes pueden llegar a ser violentos y quienes prefieren un enfoque más pasivo – agresivo.

¿De dónde surgen estos patrones? Las personas tienden a imitar a la gente que respetan y aman. Es decir, “lo que nos choca, nos checa”. No es raro descubrir que aquellas reacciones que nos molestaban de nuestros padres, por ejemplo, sean las que más comúnmente tenemos.

Descubrir estos patrones de reacción te ayudará a mejorar tus decisiones y obras futuras. A planear de manera más consciente cómo actuar.

Analizar estas tres decisiones no requiere ser un “científico atómico”, pero si necesita de tiempo. Una vez que definas estas resoluciones, podrás darle un giro radical a tu vida.

 

 

 

 

 

 

 

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